Tito Silva: Cuando la música y el marketing son remixiados
Por Pedro Callán
Es el día 49 de la cuarentena y mientras preparaba mi clase de marketing musical, me acordé de mi amigo Tito Silva, un músico único a quien conocí cuando estudiábamos producción musical en UPC y quien ahora es muy conocido y reconocido por sus videos musicales en redes sociales.
Conocí a Tito en clases de Armonía Musical II, y recuerdo que cuando estábamos en clases él era uno de los primeros en terminar los ejercicios más difíciles, sus conocimientos de música eran muy avanzados y era algo conocido por algunos temas que había producido con su banda Dodo.
Un día nos tocó sentarnos juntos, conversamos sobre varios temas y al salir de clases fuimos a comer al viejo y conocido Chifa Los Álamos, uno muy cerca de la universidad, justo en la esquina de la calle. En el restaurante, mientras esperábamos la comida, le mostré algunos temas de mi disco, el cual escuchó con mucha atención, para luego hacer un análisis completo de todos los arreglos del disco. Me comentaba lo increíble que era como mi productor había colocado aquel arreglo en aquella canción y como hizo en esta otra. Su oído era sobre natural, podía sacar los acordes y las posiciones con tan solo escuchar. Yo un tanto avergonzado, afirmaba a muchas cosas, aun cuando no estaba tan seguro de lo que me decía, solo para tratar de estar al mismo nivel; sin embargo, Tito estaba muy avanzado en conocimientos.
Al terminar el almuerzo, caminamos a la universidad y me comentó que tenía ganas de ponerse en contacto con Tongo, para hacerle una canción, o con la mecánica del folclore. Por mi mente pasaron varias cosas, y una de ellas era que, tal vez quería dárselas de especial, diferente, o que estaba completamente loco. Ahora me doy cuenta más que nunca, que Tito siempre buscó romper paradigmas, mucho antes de ser famoso, él siempre quería demostrar que la música es algo más que simplemente un producto musical, es más que un fin en sí mismo, es un medio para comunicar.
Seguimos haciéndonos amigos y por suerte nos tocó hacer grupo juntos en la clase de Composición de Canciones II. La clase consistía en hacer una canción para el tráiler de algún proyecto audiovisual. Rápidamente pensé en una película y para la siguiente clase ya tenía la canción terminada. Llegado el día de clase composición, busqué a Tito y le dije que había compuesto una canción para la película Hachiko, el perro fiel que esperó a su amo por años en la estación del tren, pensando que su dueño aún seguía con vida. La canción le gustó tanto que ese mismo día me propuso grabarla en su home estudio. Fuimos a su casa y la grabamos en menos de una hora, pues a él no le tomo mucho tiempo hacer la música en piano, y grabar mi voz, pienso que más tiempo tomó grabar mi guitarra acústica. Llegó el día de la presentación y pedimos a la profesora mostrar el tema en el proyector, para ver la sincronización del audio con el video en grande, y al finalizar la muestra, muchos de los que estaban en el salón, incluyendo la profesora, terminaron por derramar algunas lágrimas, tanto por la historia, como por la musicalización. En fin, el trabajo salió excelente y la nota final fue 20 para ambos.
Y así, siguieron pasando los días en la universidad, y cada que hacíamos grupo pasamos un buen tiempo estudiando y jugando a improvisar música en vivo, hasta que uno de esos días, me contó algo que lo cambiaría todo.
Tito en aquellas épocas, además de estudiar, trabajaba arduamente en una orquesta para poder solventarse sus estudios, eso lo sabía. Sin embargo, un día, una propuesta de una empresa muy conocida llegó a su vida y lo obligó a tomar, lo que seguro fue una de sus mayores decisiones en la vida, ingresar a otro sector económico, la industria publicitaria.
La empresa en la que iba a trabajar le ofrecía un sueldo muy superior a lo que percibía en ese entonces, además de seguro de vida y demás beneficios a cambio de que firmase contrato con ellos. El trabajo era muy exigente, competitivo y demandante de tiempo; y por mi parte, la producción de mi disco también era muy absorbente, así que ese fue el último ciclo en el que vi a Tito en la escuela.
Casi a fines del 2016, volví a saber de Tito, me enteré de sus primeros trabajos publicados por internet, se trataba de versiones musicales en YouTube como “Versión Cumbia – The Walking Dead”, “Versión andina – Stranger Things”. Admitiré que al principio lo vi como algo promocional, algo cuyo objetivo sería más que todo mostrar su creatividad y capacidad para adaptar la música original y llevarla a otro género, pero nunca como algo sostenible en el tiempo, básicamente porque siempre pensé en que Tito se dedicaría a realizar producciones musicales para grandes artistas, empresas, agencias de publicidad, pero no para YouTube, seguramente por su vasto conocimiento académico y talento para la producción musical.
Y así, fue pasando el tiempo hasta que vi varios trabajos en YouTube en los que combinaba los videos de Carmencita Lara con Ariana Grande, Wendy Sulca y Justin Bieber y Corazón Serrano con Daft Punk, combinaciones más que sorprendentes a los que en internet se les conoce con el nombre de “Mashups”. Estas producciones, lograron llamar por mucho tiempo la atención e incluso comenzaron a tener rebote en medios de prensa televisivos y escritos.
Luego llegaron los “Remixes”, producciones que consisten en tomar un audio libre y a partir de ahí crear una producción musical totalmente nueva y original. Uno de sus primeros trabajos que nunca llegué a escuchar en su momento fue el “Remix Granito de Mostaza (Ibiza Summer Mix)” lanzado en abril del 2017, y muchos otros remixes más que hasta el día de hoy siguen manteniéndose en crecimiento constante.
Sin embargo, me puse al corriente de todo ello hace poco, específicamente en semana santa de este año, en plena cuarentena. Como todos sabemos, nadie puede salir de casa, ni celebrar reuniones al menos por todo este año 2020, así que a Tito no se le ocurrió mejor idea que lanzar un concierto en vivo vía Facebook titulado: “Yisus Fest”, en el cual hace un show en la que muestra una gran cantidad de remixes realizados a lo largo de todo este tiempo y también canciones complemente nuevas relacionadas a la semana santa.
Por si fuera poco, en ese mismo mes de abril, mes en el que todo el mundo hasta el día de hoy, sigue viviendo una cuarentena triste y lejos de nuestros familiares y seres queridos, sumado a los problemas económicos y de salud, Tito lanza el boom de las redes sociales y de los medios de canal abierto: “Palta Emocionada (7 Remixes)”.
Ya con todo eso me dispuse a llamarlo, aunque hace algunos meses ya lo había llamado, pero por temas de amistad. Tomé el celular y le dije: “¡Hola Tito! Qué ha sucedido, te has vuelto una máquina de éxitos con esta cuarentena” él se rio y así comenzamos a una larga conversación.
Me contó como en estos más de tres años trabajando contenido en redes sociales ha creado una comunidad de seguidores que lo siguen fielmente y consumen y promocionan su material haciéndolo cada vez más viral. Pero este trabajo ha sido progresivo, primero realizando Mashups, básicamente durante todo el primer año, luego en el segundo año produciendo remixes, y ahora en el tercer año y en épocas de cuarentena con lo más innovador de su carrera, produciendo conciertos en vivo vía streaming.
“Las temáticas que realizo son totalmente random; sin embargo, el éxito está en crear una experiencia única, mejor que los conciertos reales”.
Como bien me comenta Tito, esto es un trabajo de largo aliento, pues para tener una audiencia en sus conciertos en vivo de más de 6 mil personas, ha tenido que crear mucho contenido durante todos estos años de manera constante, y ahora esas personas son las que siguen sus presentaciones y le generan ingresos por la monetización de los videos basados en publicidad y por transferencias directas de manera voluntaria por disfrutar de la ardua producción que exige un contenido de alta calidad en cuanto a producción musical y audiovisual se refiere.
“Las personas son las que hacen que todo esto sea posible, interactúan con el show y hasta crean zonas, zona AFP, zona Sin bono, Zona UCI, Zona Eucalipto. En el último evento que tuvimos, el “PERÚLTRA”, mejoramos mucho el nivel de producción, e incluimos además de la pantalla gigante con harta producción audiovisual, sugerencias del público como un vendedor de cervezas pasando a través de la gente, pica pica, fuego, luces laser, coreógrafos y hasta a la palta emocionada, la cual pusimos como visuales interactivas”.
Entre broma y broma, Tito comenta que la cuarentena le ha ayudado a explorar nuevas oportunidades que antes no podía ver por falta de tiempo.
“Pienso que, de algún modo, el impacto que he recibido de la cuarentena, lo he recibido de manera positiva pues se han abierto nuevas posibilidades en la producción de conciertos en streaming, además de que me movilizo menos y sigo trabajando desde casa. En general, haciendo un paréntesis, con esta pandemia nos hemos dado cuenta de que en muchos trabajos no necesitamos estar presentes para ser productivos, si trabajamos desde casa al menos interdiario, ayudaríamos mucho a reducir el tráfico y la contaminación que tanto daño le hace a nuestra ciudad y al mundo en general”.
Por mi parte, recuerdo los años en los que estudiábamos música, parecía que él ya lo sabía todo. Siempre la tuvo clara, en cuanto quién es y qué quería llegar a ser, un transgresor de la música y destructor de esquemas. Por ello, me animé a preguntarle lo siguiente: ¿Qué le dirías a la gente que desea dedicarse a la música?
“Que siempre lo más importante es estudiar, ya sea en una universidad, instituto, academia, clases particulares o de manera autodidacta. Todo lo que hago parece divertido, chistoso, e incluso fácil, pero hay muchísimas horas de estudio de distintas materias musicales ahí. El talento nunca es suficiente”.
Es curioso, pero antes de estudiar música en la UPC, Tito estudió Marketing en la Universidad ESAN, carrera que tuvo que cambiar por su verdadera vocación y pasión, la música.
“Estudié en ESAN durante un año y medio, pero me di cuenta de que no era lo que quería. Un día ya no pude más, y me retiré en pleno examen de economía porque sabía que si lo pasaba iba a seguir con la carrera, así que decidí entregar el examen y retirarme al baño, en ese momento me puse a pensar si lo que había hecho estaba bien, hoy pienso que sí estuvo muy bien”
A pesar de lo que menciona Tito, es notable resaltar, que hoy en día se dedica de manera magistral a esas dos carreras la música y el marketing.
“En este trabajo la música es un 20%, el 80% se trata de trabajar estrategias de marketing que te ayuden a mantenerte constante en una industria tan competitiva como es la industria musical y del entretenimiento, más aún en tiempos de pandemia”
Tito ha sido entrevistado por canales internacionales, ha recibido agradecimientos y reconocimientos de artistas como “El Puma”, “J Balvin” y “Black Eyed Peas”
Además de ser un orgullo nacional, es un ejemplo de éxito en cuarentena porque a pesar de que ha recibido un impacto bastante grande producto de la caída de sus principales fuentes de ingresos habituales como son la publicidad y producción musical profesional, ha sabido ingeniárselas para seguir trabajando desde casa, y generar ingresos alternativos a partir de la monetización de sus videos, auspicios y conciertos en vivo vía streaming, gracias al arduo trabajo de él y su equipo y al apoyo incondicional de sus fieles seguidores.
1 comentario en “TITO SILVA. CUANDO LA MÚSICA Y EL MARKETING SON REMIXEADOS”
Muy interesante…sobre todo acerca de la preparación que tuvo Tito Silva (soy su fans)…eso demuestra todo el esfuerzo y conocimiento detrás de sus producciones
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