¿Cambiar de género musical es venderse?

Pedro César Callán Chimoven

Hace algunos años, asistí a una conferencia de negocios musicales, donde tuve el privilegio de escuchar a un gran expositor, del cual, entre tantas enseñanzas impartidas, anoté una frase con la cual me gustaría comenzar este artículo, porque es algo que escucho mucho hasta el día de hoy en conversaciones entre músicos amigos y conocidos la industria. La frase dice así: “tu arte y tu música nunca deben cambiar”. Sin embargo, la pregunta es: ¿es posible, con lo rápido que avanza el mundo y con lo conectado que estamos, que esta frase siga vigente el día de hoy? ¿o que simplemente, la frase esté asociada al miedo al cambio? En esta entrada, quiero compartir lo que pienso acerca de esto.

“En una entrevista, realizada a Vivek Wanhwa, ex decano y vicepresidente de innovación de Singularity University, el entrevistado comenta que, en Silicon Valley, cuando enumeras tus fracasos es como si estuvieras enumerando tus diplomas universitarios, pues todo el mundo entiende que con cada fracaso se aprende algo nuevo, y en consecuencia eres más sabio que antes” (Oppenheimer, 2014). En ese sentido, sería bueno replantear la pregunta que encabeza este artículo y contestarnos con sinceridad: ¿Innovar, recrear, reinventar, experimentar, probar, cambiar de género musical, es venderse?

Ciertamente, antes era muy común escuchar a la gente decir: “¿Cómo vas a tocar otro género?”, ¡Tú eres rockero, no te vendas!” sin embargo, hoy en día, parece ya no importar mucho. ¿Por qué? Una de las razones, posiblemente sea la forma como se consume la música en la actualidad. En una de mis clases de producción de espectáculos, escuché a mi profesor decir: “Antes, cuando ustedes no habían nacido, uno se reunía a escuchar música en casa del que traía el vinilo al barrio, ¡Ojo, no a oír, sino a escuchar!” Nuestro consumo de la música hoy en día es muy diferente. ¿Ustedes se reúnen a escuchar música? ¡No! La música pasó a segundo plano, punto.” (Fernández, 2017) (Grabación propiedad del autor)

¿Cuál es la explicación de este cambio? El marketing nos ofrece una posible respuesta. Esta materia a lo largo del tiempo ha pasado por tres etapas, la era del producto (donde la música realmente importaba), la era del marketing enfocada en el servicio (donde la música iba dirigida a un público objetivo), para finalmente llegar a la era del marketing relacional o marketing 3.0, donde la música tiene que estar en el momento preciso, expresar lo que se desea oír, e incluso interactuar con el público en tiempo real, como es el caso de la aplicación Smule, una aplicación con la cual el artista puede hacer karaoke en dúo con cualquier persona en el mundo.

¿Por qué es importante mencionar todo esto? “Porque en el marketing 3.0 o marketing relacional, lo que importa es que exista un “objeto social” que genere conversaciones para así conectar con las personas y fortalecer las relaciones entre ellas” (Olivares, 2013). Por poner un ejemplo, echemos un vistazo a Spotify, y verán que en este sitio los usuarios organizan y comparten la música en forma de playlists para toda ocasión, para bailar, para relajarse, para estudiar, para hacer deporte, hasta para hacer el amor; es decir, hoy en día es muy usual usar la música de manera agrupada para relacionarse mejor con las personas. Una pregunta a los enamorados: ¿Comparten un playlist con su pareja? Si no es así deberían…ayuda mucho a entablar conversaciones sobre las nuevas canciones.

Por otro lado, existen otras formas de crear un objeto social, por ejemplo, hay géneros como el reggaeton en el cual la colaboración entre artistas es algo muy común (Feat), y es que ellos saben, de manera consciente, que la gente hablará de esa colaboración entre artistas, saben que la gente usará la noticia para entablar conversaciones, es decir, utilizarán la música para hacer de ella un “Objeto Social”:

  • “¿has visto que Luis Fonsi está cantando reggaeton?
  • “¡No puede ser, pero si él es baladista!”
  • “¡Créeme, salió con Daddy Yankee!”
  • “¡Y qué tal es la canción!”
  • “Muy buena, mi hijita la baila todo el día”

¿Les parece familiar esa conversación? La gente no se sienta a escuchar la música, ni la letra, sino simplemente la comenta, la disfruta y la baila. Nuevamente, la música ha pasado a segundo plano, de otra manera, posiblemente no dejarían a la niñita bailar esa canción, ni la pondrían, muchas veces hasta en fiestas infantiles, al darse cuenta lo que dice la letra:

“Vamos a hacerlo en una playa en Puerto Rico… 

 y es que esa belleza es un rompecabezas

Pero pa montarlo aquí tengo la pieza

(Fragmento del Tema Despacito de Luis Fonsi Ft. Daddy Yankee)

En una entrevista personal al cantante Carlos Alvares “Charly Cass”, quien inició su carrera con una canción del género rock y que incluso realizo un costoso video con el videasta Percy Céspedez, nos comenta que en la actualidad se encuentra realizando reggaetón: “Mis redes sociales crecieron un montón cuando decidí cambiar de género musical. Por ejemplo, hoy día subí una foto y obtuve cientos de likes, y me han escrito de todo el país, de Tacna, Trujillo, Piura, Arequipa. Hay gente que me critica por haberme cambiado de género, pero es la minoría y de mente cerrada, que no entiende cómo funcionan las cosas, en general son gente que te dicen has rock, pero ni ellos van a consumir tu música, que no jodan pues. El reggaetón solo necesita una pista y funciona, en mi caso, yo le he añadido mi grano de arte, por ejemplo, yo le pongo saxofón y uso armonías de Jazz, pongo acordes con tensiones, sol con bajo en re, etc. que, en realidad, la gente común y corriente, no entiende, pero inconscientemente sí lo percibe y yo como músico me siento realizado aportándole armonías complejas al reggaetón” (Álvarez, 2017) (Grabación propiedad del autor).

Finalmente, es preciso mencionar que si bien es cierto nuestro consumo de la música ha cambiado radicalmente, estamos en una era en la cual es fácil darse cuenta cuando algo no es sincero y más bien oportunista, pues vivimos en la era de la abundancia de información, donde todo se sabe con tan solo un clic (Nordstrom & Ridderstrale, 2012). Si lo que quieres es cambiar, cambia, hazlo, pero de manera sincera, con honestidad, para ti mismo primero y luego para los demás, solo así encontrarás tus elementos diferenciadores que te harán salir del montón “pasito a pasito, suave suavecito” y sobre todo de manera sincera y natural.

Referencias

  • Alvarez C. (2017) Entrevista personal [Grabación en Evernote].
  • Fernandez, J. (2017). Clase de producción de espectáculos [Grabación en Evernote].
  • Nordstrom, K., & Ridderstrale, J. (2012). Funky business forever: Cómo disfrutar con el capitalismo. Editorial: Prentice Hall 2008. ISBN: 9788483224632
  • Oppenheimer, A. (2014). !Crear o morir!: La esperanza de Latinoamérica y las cinco claves de la innovación. (1 ed.). Buenos Aires, Argentina: Debate.
  • Olivares, L. (2013) Trio: El triángulo amoroso de las marcas. Editorial Planeta Perú S.A

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