T3: E1 ¿Qué hacer durante la Producción Musical de tu Disco?

¿Qué hacer durante la Producción Musical de tu Disco?

Cerca de cumplir 21 años, me encontraba a punto de realizar uno de mis sueños más grandes: realizar la producción musical de mi primera canción como solista. Lo interesante es que, en ese momento, no disponía de dinero, una banda, ni tampoco tiempo. Sin embargo, tenía dos cosas a mi favor: una gran dosis de energía y una ilusión imparable.

En el año 2004, producir un disco profesional en un estudio casero no era algo común; de hecho, era casi impensable. Lo habitual era invertir sumas considerables de dinero en estudios de grabación profesionales que contaban con salas especialmente diseñadas, equipos de grabación de alto costo y un equipo humano que incluía productores musicales, asistentes, arreglistas, coristas, músicos, ingenieros de mezcla y máster, etc. En resumen, se creía que se necesitaba un presupuesto considerable si se quería competir en el ámbito profesional de la música. Lamentablemente, a mi edad en ese momento, no contaba con semejante presupuesto.

Pese a estas limitaciones financieras, estaba decidido a perseguir mi pasión por la música y llevar a cabo este proyecto musical en solitario. Las adversidades solo servían para alimentar mi determinación y creatividad.

Llegué a un acuerdo con mi productor Kike Robles, y pronto comenzamos a producir mis primeras canciones desde su Home Studio, las cuales formarían parte de mi primera producción discográfica titulada: En Algún Lugar. A paso lento pero seguro, produjimos alrededor de seis temas: En Algún Lugar, Entraste En Mí, No Es Tan Tarde, La Razón, Tú Me Juraste y Oír Mi Voz.

Cada una de estas canciones representó un hito en mi viaje musical y me ayudó a desarrollar mis habilidades como cantante y compositor.

En ese periodo, me reencontré con Mauricio, ex baterista de Nubia (leer T2:E4. El Fin de Nubia), quien me sugirió la idea de revivir el grupo, aunque esta vez sin él, ya que estaba a punto de viajar a Argentina para continuar con sus estudios. Mauricio me puso en contacto con Josué Ramos, quien resultó ser uno de los mejores bateristas que había tenido la fortuna de conocer en mi vida. Además, Josué era hermano de Diego, quien había sido el guitarrista de Nubia en el pasado.

Así que, gracias a esta conexión, logramos reunir nuevamente a la banda y empezamos a tocar juntos. Mi enfoque principal fue buscar oportunidades de presentación en diversos lugares, como pubs, colegios, institutos, universidades, entre otros. La pasión por la música nos impulsaba a compartir nuestra música con diferentes audiencias y lugares.

Todo parecía estar yendo perfectamente, excepto por un problema que acechaba mi vida: mi afección cardíaca.

Manteniendo el Ritmo frente a la Adversidad

Me veía obligado a tomar amiodarona de 500 mg de por vida para evitar riesgos durante nuestras presentaciones. A pesar de esto, con demasiada frecuencia, terminaba en algún centro médico debido a las taquicardias. En el centro médico de la PUCP, todas las enfermeras y el cardiólogo me conocían de sobra.

La frustración me abrumaba, ya que no podía cantar más de tres canciones consecutivas sin sentirme al borde de un episodio cardíaco. Tenía que controlar mis emociones constantemente para evitar que mis latidos se dispararan de manera incontrolada. Resultaba ilógico pensar en producir un disco con 10 canciones si no podía cantar ni siquiera tres. Así viví durante tres años más, hasta que finalmente, en el año 2007, me sometí a una cirugía cardíaca.

Cuando me enteré de la fecha de la operación, todos me preguntaban si sentía miedo, y la verdad es que experimentaba más temor al pensar que viviría el resto de mi vida de esa manera, incapaz de dar lo mejor de mí en el escenario. Estaba mentalmente preparado para cualquier desafío, o eso creía en ese momento.

Llegó el día tan esperado. Cuando ingresé al hospital, me pusieron una bata y el Doctor Zegarra, uno de los cardiólogos más destacados de esa época, me dio la bienvenida. Se colocó su gorrito de Bob Esponja y dio inicio al procedimiento.

Me recosté sobre una mesa de metal fría y me administraron anestesia, pero, curiosamente, permanecí consciente durante todo el proceso. Podía escuchar cada detalle. Algunos catéteres fueron insertados a través de una arteria cercana a mi cuello y otro a través de la ingle derecha, en lo que se conoce como la arteria aorta. Hasta ese momento, no experimenté dolor alguno. Sin embargo, todo cambió cuando el doctor comenzó a pedir incrementos de corriente eléctrica: «¡ponle 100, 120, 140… 400! ¡No, no tan alto! ¡Más bajo! ¡Menos, menos!». Me sentía muy angustiado, y aunque mis ojos estaban cerrados, los sentía abiertos y cada palabra me inquietaba aún más. De repente, tuve la sensación de que mi espalda estaba en contacto con una superficie extremadamente caliente, como si estuviera sobre un metal al rojo vivo. 

En esos momentos, no podía moverme, solo escuchaba y poco a poco empecé a olvidar el dolor, recuerdo que en la oscuridad vi a mi amigo Kike, o creo que me hablaba, no estoy seguro, también pensé en mis padres y mis seres queridos, no quería que se preocuparan por mí o que se pongan tristes, así que debía ser fuerte. Me puse a orar y luego ya no recuerdo más.

Desperté y, tres días después, recibí el alta médica. La vida nuevamente me brindaba una oportunidad más para respirar. 

5 actividades que puedes realizar en paralelo a la producción musical de un disco 

Aquí están las 5 cosas que demuestran que nunca perdí la fe, a pesar de las dificultades y mi problema de salud, mientras esperaba mi operación al corazón:

¿Qué hacer durante la Producción Musical de tu disco?
¿Qué hacer durante la Producción Musical de tu disco?
  1. Registrar mis temas: Durante esos años, aprendí a registrar mis canciones en Indecopi, lo que refleja mi confianza en que mi música merecía ser protegida y reconocida, a pesar de los desafíos de salud.
  2. Ensayar con mi banda: La organización y ensayo de una banda son tareas complejas que requieren habilidades específicas. Mi determinación para superar estos desafíos muestra que nunca perdí la fe en la música como parte fundamental de mi vida.
  3. Buscar presentaciones promocionales: La búsqueda constante de oportunidades de presentación en diversos lugares, como pubs, colegios, concursos, institutos y universidades, y la preparación meticulosa de un Rider Técnico para nuestras actuaciones demuestra un gran compromiso con la excelencia en la música.
  4. Producir merchandising: La producción de merchandising es una forma efectiva de promocionar tu marca, banda o negocio, y si puedes producirlos por ti mismo, tienes un control total sobre la calidad y el diseño. En mi caso, comencé produciendo pines, llaveros y EPs físicos de 3 temas. 
  5. Componer más canciones: Continuar componiendo, no solo para mí sino también para otros artistas, revela que nunca perdí la fe en mi creatividad y en el impacto positivo que la música puede tener en la vida de las personas.

Es importante destacar que todas estas actividades musicales se llevaron a cabo siguiendo un enfoque tradicional. Ocurrieron en el período comprendido entre los años 2004 y 2007, en una época en la que no había tantas herramientas disponibles como las redes sociales o el marketing digital que existen en la actualidad.

Espero que esta experiencia te ayude a mantener siempre una actitud positiva y a valorar las cosas más simples de la vida, como el simple hecho de respirar, ver, oír, hablar o sentir latir tu corazón.

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