El fin de Nubia: 5 razones para pensar que la vida es como una canción
Era abril del 2004, en aquellas épocas ya estaba retomando mis clases en la PUCP; además, debido al accidente que tuve en el 2003, accidente que me llevó a terminar en el hospital con todo el pecho quemado por los electroshocks recibidos (leer la temporada 1, episodio 5), desaprobé un curso llamado Mecánica para Ingenieros, de hecho en ese ciclo perdí todos mis exámenes parciales y en los sustitutorios desaprobé ese curso por segunda vez. En la universidad, las reglas eran claras y un curso desaprobado por tercera vez significaba ser eliminado de la universidad.
Definitivamente, mi participación en la producción no podía ser total, tenía que enfocarme en aprobar ese curso, así que decidí dejar de ir a las sesiones de producción musical de nuestro primer disco y solo participar como compositor.
Llegó el momento de presentar un nuevo tema, y les mostré una canción que compuse debido a cómo me sentía en ese momento de mi vida, literalmente atado de pies y manos, incapaz de poder hacer plenamente lo que más me gustaba: música. El tema se llamaba “Espacio”, de cierta forma este tema tenía relación con el tema anterior Desorden, pues también era algo místico y rockero. A todos les pareció adecuado producir ese tema, tenía un buen hook y una letra directa y sencilla.
Pasaron las semanas y yo ya no iba a las grabaciones, estaba más concentrado en estudiar y aprobar el curso de Mecánica para Ingenieros, así que un día Diego y Mauricio me llamaron al celular y me dijeron que querían hablar conmigo personalmente. Pactamos la reunión un viernes por la noche, la cita fue en la casa de Diego, eran como las 7 pm. Nos juntamos a conversar en la cocina, pensé que la agenda se trataría de las nuevas acciones tácticas para llevar a la banda al siguiente nivel, o para mostrarme los avances de la canción. Mauricio tomó la palabra.
Pedro, hemos estado yendo al estudio de Kike estas últimas semanas y no te hemos visto en ninguna sesión, pensamos que no tienes interés en el proyecto – dijo Mauricio.
¡No! No es eso, lo que pasa es que tengo problemas en la universidad. Sí te conté, tengo que aprobar el curso que jalé por el accidente que tuve en el concierto de La Estación de Barranco – respondí.
Pedro, lo que sea, pero al menos pudiste haber llamado o siquiera preguntar que tal va todo y no desaparecer de la nada – acotó Diego.
Pero Diego, yo soy el compositor, mi trabajo podría ser solo componer y también aportar con la cuota para pagar a Kike, al menos hasta que salga de esto – dije.
Es demasiado tarde Pedro, he tomado la decisión de salirme de este proyecto, no veo interés y tampoco veo que quieras ser músico – dijo Mauricio.
Yo también me voy, no voy a meter más tiempo y dinero a este proyecto – complementó Diego.
Pero chicos, los temas son buenos, este es mi sueño, yo sí quiero ser músico, pero ahora estoy muy ocupado, por qué ustedes no ven la producción y yo solo compongo, al menos por ahora – dije.
Es que no es así Pedro, si tú no estás en la producción, no sabremos si lo que hacemos esta bien o si te va a gustar, o si después vas a decir que cambiemos todo – dijo Diego.
No, no voy a decir nada, además Kike es un genio, él lo va hacer bien. No creo que me necesiten para esta parte, porfa solo espérenme hasta julio y regreso con todo a las sesiones de producción – mencioné.
Es demasiado tarde Pedro, ya he tomado una decisión y me voy a estudiar música a Argentina – replicó Mauricio.
Sí Pedro y yo pienso hacer otros proyectos, esto ya fue – dijo Diego.
Les pedí llorando que no terminemos con la banda, que este era mi sueño desde niño, y que haría todo lo posible por aportar más, pero nada de esto sirvió.
Bridge
«Se conoce como bridge o puente a una sección totalmente distinta en una canción, que busca generar un giro en la canción con la finalidad de crear frescura o novedad, para luego regresar al coro del tema con más fuerza»
Salí de la casa de Diego, por aquellas épocas, aún permitían la circulación de vehículos de transporte público de todo tipo por la avenida Javier Prado, es más, se detenían en cualquier lugar. Tomé una coaster de color blanco con celeste que decía: La Marina, Universitaria, Carabayllo km 22 y me dirigí a mi casa en San Martin de Porres.
Me senté justo atrás del chofer, al lado de la ventana. Todo el camino lloré sin hacer ruido y pensé por qué me estaba pasando esto. Tanto esfuerzo, fueron 3 años de trabajo, desde conocer a mi amigo Viko en el 2001, quien me enseñó a tocar guitarra, luego pasar por Mal Aspecto, formar proyectos truncos con Mauricio, como Bozal y Biox, hasta formar al fin mi propia banda y verla surgir con un sonido profesional, todo eso para nada.
Llegué a mi casa, pensé que seguramente mis padres estarían más tranquilos, o incluso felices, ahora que su hijo no será músico sino ingeniero. Me encerré en mi cuarto a seguir llorando, repitiéndome: ¿por qué?, ¿por qué?, ¡esta era mi oportunidad!, ¡este era mi proyecto!
De pronto, luego de un rato, alguien tocó mi puerta. “¿Pedro César?…”
¿Sí? – dije algo cansado.
¿Qué pasó? ¿Quieres hablar? – era mi padre.
Le abrí la puerta sin mirar.
¿Qué pasó hijo? – preguntó mi padre.
Se terminó mi banda papá, me reuní con mis amigos y me dijeron que el proyecto ya no va más – le dije.
¿Y por eso lloras? – respondió.
Es que papá, ¡tú no entiendes! ¡la música es mi vida, es lo que más amo hacer! y ese proyecto me costó mucho formarlo, ¡Nunca vas a entender! – le dije.
Alguna vez te conté la historia de mi primer carro? – dijo mi papá.
¡No! – Le respondí algo molesto.
Storytelling de papá
Cuando era joven vivía solo en Lima, no tenía a mis padres aquí, así que para sobrevivir trabajé en muchas cosas. Uno de mis trabajos fue como estibador de gas, para un señor que se volvió como un padre para mi, su nombre era Victor Damason. Con él trabajaba día y noche con el sueño de poder comprar algún día mi propio camioncito de segunda mano y empezar a vender gas de manera independiente. Damason sabía cuanto me esforzaba, me veía muy animado por lograr mi objetivo y un día me dijo: “Pedrito, usa mi carro los domingos que no trabajo y gana tu platita para que logres comprar tu carro más rápido” Nunca olvidaré lo que hizo por mi ese hombre.
Trabajé día y noche vendiendo gas con Damason, de lunes a sábado y los domingos yo solito, de sol a sol. Hasta que por fin logré juntar el dinero que necesitaba y compré el carrito. Me presté dinero para mandarlo al taller de planchado y pintura. Ya no tenía nada de dinero, más bien, tenía deudas por pagar, pero el esfuerzo valió la pena, al fin había logrado cumplir lo que tanto anhelé. Me sentí muy feliz, era mi primer carro y lo había logrado con mucho esfuerzo.
El día que salió del taller, lo llevé a Mirones, el lugar donde vivía. Ese día hubo una fiesta en la quinta, y me invitaron a la reunión. Cuadré el camión afuera y me puse a conversar y tomar unas cervezas con mis amigos. De pronto, un chico de la quinta, a quien a veces lo llamaba como ayudante, me pidió prestado el carro para practicar, pero como lo vi un poco ebrio le dije que no. Seguimos en la reunión y de pronto un vecino me dijo que el camión ya no estaba. Pasaron las horas, luego un día entero y el camión no aparecía por ningún lado. Fui a poner la denuncia por robo y así la policía logró dar con el paradero de mi carro. Lo encontraron completamente destruido y volteado en medio de la Panamericana Norte. El hombre que se llevó el camión había chocado y causado un grave accidente entre muchos vehículos.
Ese día sentí que lo perdí todo. Me esforcé mucho, trabajé sin cesar, me presté dinero, y luego de todo ese esfuerzo, perdí mi camión sin siquiera haberlo usado. También pensé por un momento que ese era el fin, pero mírame estamos acá. Tengo una familia hermosa, una esposa que siempre esta conmigo, tres hijos a los que no les falta nada y uno que está estudiando en la mejor universidad del país, una empresa que hoy, posiblemente sea una de las distribuidoras más grande de Limagas a nivel nacional y muchos camiones. ¿Me he muerto? ¿Se acabó el mundo? ¿Me quedé llorando de brazos cruzados? ¡Levántate compare, camina, camina!.
5 razones para pensar que la vida es como una canción.
Razón 1: Las canciones tienen crestas y valles, la vida también: Como vimos en la entrada Técnicas para componer bajo presión: Línea Emocional del Tiempo, las canciones necesitan crestas y valles, anticlimax y climax, para poder disfrutar de esos contrastes, si todo fuera plano, no tendría vida, ni sentido. En la vida, muchas veces nos tocará afrontar problemas muy difíciles, pero finalmente, no importa lo que pase, lo que importa verdaderamente es cómo las afrontas o cómo interpretas lo que pueda suceder. Mi padre vió perder todo su esfuerzo al perder su primer camión, pero al no tener otra opción, tuvo que seguir persistiendo por salir adelante y lo logró. Ahora cada vez que tengo algún problema recuerdo aquella historia y me ayuda mucho a continuar.
Razón 2: Las canciones se interpretan, la vida también: La misma canción puede ser interpretada de muchas maneras. Por ejemplo, si eres un cantante profesional, puede que alguna vez te toque cantar estando enfermo o mal de la garganta, y probablemente ese día no sea tu mejor día para cantar, pero no quiere decir que seas un mal cantante, sino que solo fue un mal día, cuando te recuperes lo harás mejor. Igual pasa con los problemas, algunas personas se torturan porque algo no sale como se desea y pueden lanzar comentarios magnificados, exagerados o generalizados, como por ejemplo: «siempre me enfermo antes de cantar», «siempre pierdo en los concursos de canto», «no sirvo para el canto», «no soy bueno escribiendo letras», «siempre me olvido las letras», «nunca aprenderé a tocar piano», «no soy bueno produciendo».
Tal Ben Shahar, un filósofo y psicólogo reconocido de la Universidad de Harvard, menciona que somos seres humanos y tenemos derecho a sentir emociones negativas, son parte de la vida. Las emociones negativas nos indican que existe un problema que debemos atender, el problema se genera cuando las personas se quedan en lo negativo y no salen de ese estado, convirtiéndose en un círculo vicioso destructivo que nos impide interpretar de manera positiva las dificultades para seguir creciendo.
Razón 3: La canciones se escriben haciendo zoom in y zoom out, la vida también: La técnica del Zoom In y Zoom Out, se explica brevemente en la entrada Técnicas para componer bajo presión: Wash and wear, y consiste básicamente en escribir canciones acercándose o alejándose del personaje. Nos acercamos para describir sus movimientos, gestos, emociones, y nos alejamos para mirar el entorno y sus posibilidades. Así también funciona la vida. A veces nos enfrascamos tanto en algún problema, que no logramos levantar la mirada para ver el entorno, o las cosas buenas que hemos logrado, o al menos lo que hemos aprendido hasta este momento. Hacer zoom out con nuestra vida es importantísimo para ver el panorama completo de manera positiva. Luego que mi padre me contara su historia, me llené de valor y pude ver todo lo bueno que había logrado y ahora que escribo esto reafirmo que no me equivoqué y mi padre tenía razón.
Razón 4: Las canciones pueden tener un «Bridge», la vida también. Un «Bridge» o puente, es una sección de una canción que generalmente es distinta en armonía y lo que se busca en esta parte del tema es darle un giro al tema, para darle frescura y volver al coro de la canción con más fuerza. En la vida también es importante tomarnos un respiro, a veces estamos tan enfocados en actividades operativas que no nos permite observar las oportunidades de la vida. Según Wiseman (2003), cuando estamos en situaciones de estrés, o estamos muy enfocados en lograr metas específicas perdemos la capacidad de ver las oportunidades de la vida. Wiseman realizó un experimento, en el cual pidió a un número de personas a que cuente el número de fotografías en un revista, todas acertaron y dieron el número 43, sin embargo, en la segunda hoja decía pare de contar son 43 fotografías, y en la mitad de la revista decía: «pare de contar usted ha ganado 250 dólares», lo triste es que nadie vio el aviso, todos estuvieron concentrados contando fotos. Tenemos que aprender a tomar una pausa, tomar un respiro, y ser capaces de ver las oportunidades que nos da la vida.
Razón 5: Las canciones tienen un inicio y un fin, y pueden llegar a ser recordadas, la vida también. Mi padre falleció el 3 de junio del 2020, luego de una operación a la vesícula en medio de la crisis sanitaria a causa del Covid 19, aunque se haya ido, sus consejos suenan en mi mente todos los días de mi vida. Alguna vez me sentí especial por todos los consejos que me dio, pero cuando hablé con algunas de las personas que lo llegaron a conocer muy a fondo, me di con la sorpresa que se la pasaba aconsejando y ayudando a mucha gente. Era un tipo que le gustaba ayudar a su prójimo y aunque nunca haya sido cantante o artista, sus grandes hits o frases como: «camina, camina», «la vida es como una ola», «un hijo es como un árbol de eucalipto», «un negocio es como una vaca», entre otros consejos, siguen sonando entre sus seguidores: amigos, familiares y yo.
Antes de pasar a la temporada 3, te invito a que leas la temporada 1 y 2 de AUTOGESTIÓN MUSICAL y nos dejes tus comentarios.
Escrito por Pedro Callan
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